Silvio Rodríguez en Ferro


Publicado el Lunes, 21 de Noviembre de 2011
Por Verónica Escalante

Una vez comprendí que mi voz no era mía 
que era sólo del mundo, del mar y los días
y la llevé en mi viaje entre amores y horror… 
SR

ADVERTENCIA: La siguiente nota está escrita desde el más ferviente cariño hacia el cantautor más relevante que dio la música popular latinoamericana. Es un agradecimiento profundo, una muestra de amor. Si busca usted objetividad vaya rumbeando para otro lado. 
  
Edgardo, aquel de la trova de, supo decir alguna vez que “hasta en los corazones de los hombres más temerarios hay cuerdas que no se dejan tocar sin emoción”. Algo de eso sabe Silvio Rodríguez que logró, el pasado viernes 18 de noviembre en el Estadio de Ferro, conmovernos hasta las lágrimas, acariciarnos el alma y hacer aflorar esa nostalgia de cosas pequeñas y tontas, de cosas quizá perdidas para siempre que regresan como recuerdos, mariposas que ayer sólo fueron humo.

La fotografía como medio.


Publicado el sábado, 12 de Noviembre de 2011
Por Norma Escalante
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
 
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría 
este amor con que odio,
 
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,  
que me juego la muerte. 
De "El juego en que andamos", Juan Gelman

Carlos Bosch es un gran fotógrafo argentino que nos muestra a través de su trabajo una mirada antropológica de la realidad.

No tener otra fe que la piel…


Publicado el domingo, 6 de Noviembre de 2011
Por Verónica Escalante

Lo mejor de nuestra piel es que no nos deja huir”

“Me volveré de hierro para endurecer la piel”. Resonaban esos versos en el final de ¡Átame! Veinte años después, en algún cine bonaerense, ese recuerdo vívido, delirante, enfermizo y genial me ató durante casi dos horas a la butaca, como cuando Ricky hacía lo propio con Marina en aquel último film relevante que hiciera Banderas en España, antes de saltar a la fama hollywoodense.

Vigilar y Castigar con la ley 1420


 

Publicado el sábado, 5 de Noviembre de 2011
Por Juan Fernández

una sociedad desigual tiende a reproducir la
desigualdad en todas sus instituciones”1


Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX; estas sociedades alcanzan su apogeo a principios del siglo XX. Operan mediante la organización de grandes centros de encierro. El individuo pasa sucesivamente de un círculo cerrado a otro, cada uno con sus leyes: primero la familia, después la escuela (“ya no estás en tu casa”), después el cuartel (“ya no estás en la escuela”), a continuación la fábrica, cada cierto tiempo el hospital y a veces, la cárcel, el centro de encierro por excelencia” (DELEUZE: 1999, p 172)

Así nos sitúa en un marco donde la organización de las instituciones del estado (los estados) tiende a encerrar a los ciudadanos. ¿Por qué encerrarlos? Citando a Foucault, para vigilarlos y, de ser necesario, castigarlos.